miércoles, 30 de junio de 2010

La Mano Invisible

Alguna vez, en la familia de Lorena ya había ocurrido que a sus hermanas les habían acariciado el pelo, la espalda o incluso empujado... La noche en que le ocurrió a Lorena este breve episodio dormía sola. Compartía habitación con su hermana pequeña, pero ella no estaba.

Se abrazó a la almohada, dejándose llevar por el sueño estirada y con el rostro hacia el techo. La almohada estaba agarrada por su brazo izquierdo, y allí permació todo el tiempo.

Cuando ya estaba empezando a dormirse ocurrió: Un golpe seco debajo de su ombligo y encima de su pubis la despertó de golpe. Casi se levantó pero no lo hizo, tan solo permaneció quieta mirando a su alrededor y analizándolo todo: la almohada no había sido,seguía abrazada a su izquierda... estaba sola, nadie había tenido tiempo de entrar, pegarle y luego salir...

Pensó y recordó otro episodio, cuando un fin de semana se había marchado con unos amigos a celebrar un weekend en una casa de Icona en mitad de una montaña de Ay ora. Todos iban a ponerse hasta arriba de tri pis, pero ella no lo hizo. Tenía el suyo, pero no lo tomó, simplemente lo guardó.

La casa tenía apenas dos habitaciones: donde se dormía -un amplio cuarto donde había tirado en el suelo un colchón de matrimonio y una litera de madera-, y el salón, donde se pensaban correr la juerga.

Menos una pareja que se marchó a la habitación, el resto permaneció en el salón tomando tri pis, fumando porros y bebiendo alcohol. La fiesta no acabaría hasta el día siguiente. Lorena, por algún extraño motivo,no hizo nada de eso, y decidió irse a dormir.

No era cómodo tumbarse allí con aquella pareja que -si bien no estaban haciendo nada-sí buscarían algo de intimidad, pero por algún motivo que ni ella sabía, Lorena decidió tumbarse en una esquina de la litera, con el cuerpo pegado a la madera, los brazos flexionados en dirección hacia su cabeza, sin apenas un sólo hueco por el que alguien pudiera hacer lo que hizo: tocarle el pecho.

No recordaba si era el izquierdo o el derecho cuando me lo contó, pero sí recordaba la sensación de pánico que sintió. Algo había tocado su pecho como si lo amasara, y no había espacio entre sus brazos para conseguir tal hazaña.

También en aquella ocasión, tras sentir un escalofrío en la espalda y notar cómo abría desmesuradamente los ojos por el miedo, analizó la situación. La pareja seguía tumbada en su rincón, y no había nadie más.

Sudeterminación fue más que sorprendente. Se dijo: si tengo que sufrir alucinaciones, al menos que sea con un tri pi en el cuerpo.Curiosamente, el resto de la noche no le ocurrió nada más. Se comió su tri pi, bebió alcohol y se rió con el resto de su grupo.

Extraños fenomenos

Como yo lo recuerdo, hace ya unos cuantos años. Cuando todavía estaba viviendo con mis padres, es decir en su casa.

Una de tantas noches en las que me quedaba solo, comenzaron una gran variedad de fenómenosextraños. El primero y no menos importante sucedió cerca de la media noche. Yo me encontraba en el salon de la casa viendo la television. Como no es raro estaban emitiendo uno de esos programas somnífero típicos de la época. De forma inocente e inconsciente se me ocurrió decir en voz alta lo siguiente: ¡que rollo, voy a cambiar a canal sur a ver que hay!.

Y antes de que hubiera cogido el mando a distancia la television se cambio no se como a esa misma cadena que yo había nombrado.

Como es lógico los pelos se me pusieron como escarpias, y me levante. tuve la sensacion de que alguien me observaba gire la cabeza y vi como se encendía la luz del pasillo. Con cierta valentíafui a apagar la luz y antes de llegar a hacerlo vi como se caían dos libros desde la estantería quedificilmente podían moverse ya que estaban sujetos por otros libros que estaban a los lados.

Después de esto cogí las llaves y salí por patas a casa de mis tíos. No tenia intención de dormir esa noche en casa.

sábado, 6 de junio de 2009

Una niña británica de 3 años se despierta del coma cantando 'Mamma mia!'

Una niña británica de tres años Layla Towsey ha sorprendido a los médicos al despertar del coma en el que estaba sumida desde hacía cinco días cantando Mamma mia! de Abba, su melodía preferida. La historia ha sucedido en el londinense Hospital Saint Mary's de Paddington, donde Layla ha recuperado la conciencia después de estar en coma por una meningitis, según ha informado hoy la prensa británica.

"Pude oírla cantando Mamma Mia! en voz baja. No me lo podía creer", ha explicado su madre, Katy Towsey, de 23 años, quien considera milagrosa la recuperación de su hija. La canción del grupo sueco de pop, que tuvo un gran éxito durante la década de los 70, es conocida por la pequeña gracias a la película basada en el musical de Abba, protagonizado por Meryl Streep y que se estrenó en verano del 2008. "Realmente es una de sus canciones preferidas, ella ha visto la película y le encanta", ha señalado su todavía incrédula progenitora.

Un joven egipcio decidió cortarse el pene

Un joven egipcio de 25 años decidió cortarse el pene después de que sus padres rechazaran a su novia, indicó el domingo la policía local.

El muchacho, un campesino del pueblo de Cheij Eissa (sur), "estaba enamorado de una mujer, pero sus padres la rechazaron y le dijeron que debía casarse con otra que él no quería. Entonces, tomó un cuchillo y se cortó el pene en su habitación", explicó un responsable de la policía local.

El joven fue hospitalizado el domingo y su estado es estable, aunque los médicos no pudieron coser el miembro seccionado, indicó un responsable del centro.
Además, el muchacho se mutiló los testículos.

sábado, 24 de enero de 2009

Mini-submarinos para combatir el cancer



Seguro que todos recuerdan la película de 1966 Viaje Fantástico, en la que unos científicos utilizaban un submarino miniaturizado para explorar los secretos del cuerpo humano. Eso, que entonces era ciencia-ficción, está muy cerca de convertirse en realidad.

Investigadores de la Universidad de Tel-Aviv están trabajando en un proyecto que podría suponer la creación de estos mini-submarinos en un plazo de entre tres y cinco años.

Entre las aplicaciones que podrían tener estaría la de destruir células cancerosas.

El equipo, dirigido por el profesor Dan Peer ya ha publicado las primeras informaciones al respecto. Parece ser que los primeros ensayos en ratones han sido satisfactorios.

El mini-submarino lleva un sistema parecido a un GPS, que le permite localizar las células objetivo y descargar en ellas los materiales biológicos que porta.

Lo mejor de todo es que sería un método de combate de las enfermedades totalmente natural, similar al que usa el cuerpo para combatir a los virus.

Medicos que experimentan en su cuerpo

Con el fin de mejorar el entendimiento sobre el cuerpo humano, muchos médicos han hecho hasta lo imposible. Como los dos médicos que experimentaron con sus propios cuerpos poniendo en peligro su propia vida.

El primero caso es de Stubbins Ffirth (1784-1820), un médico practicante en la Universidad de Pennsylvania, el quiso demostrar que la enfermedad de la fiebre amarilla no era contagiosa. Realizó experimentos en su propio cuerpo, poniéndolo en contacto directo con los líquidos corporales de los infectados.
Se hizo incisiones en los brazos y el vomito negro, que era el síntoma común de dicha enfermedad lo derramó sobre sus incisiones. Con el paso del tiempo Ffirth no se contagiaba, por lo que decidió beber ese mismo vómito.

Finalmente se contagió, y lo que consideró una prueba de su hipótesis. Sin embargo, se demostró que las muestras que Ffirth había utilizado para sus experimentos provenían de la fase tardía de la enfermedad, cuando ya no es contagiosa.

Otro caso es del estudiante de cirugía Werner Forssmann (1904–1979), en 1929 quería saber y aprender todo sobre el corazón. Pero los libros y los experimentos con animales muertos no eran suficientes. Sin ningún tipo de supervisión ni asesoramiento, convenció a una enfermera para que le ayudara a realizar una incisión en una vena de su brazo e introducir un catéter urinario dentro de la aurícula derecha de su propio corazón.

Cuando el catéter penetró 35 centímetros se interrumpió el experimento porque la ayudante lo consideró peligroso. Unos días después se sentó en la mesa de cirugía, tomó un analgésico, y él mismo se introdujo la sonda con éxito. Caminó con el tubo conectado a su propio corazón hasta la sala de Rayos X, donde le fue tomada una radiografía.

Fue la primera cateterización de un corazón humano. A pesar de que fue despedido del hospital por este hecho, Forssmann recibió el Premio Nobel de Medicina en 1956 por sus posteriores estudios en cardiología.

viernes, 9 de enero de 2009

Las risas de la bruja

En el complejo de verano de la playa del Saler en el que hablo en el relato de "Los pasos", ocurrió algo más. La familia de Lorena se hizo amiga de otra familia numerosa, concretamente de dos hermanos: Belén y Miki.
Belén era de la edad de la hermana mayor, y Miki salía aquel verano con Lorena.
Aquel verano era el verano en que la prima Merche y el amigo de la familia estaban pasando un mes, y en esta ocasión no había padres que vigilaran los actos de sus hijos.
Allí estaban Lorena y su hermana mayor (llamémosla Nieves), la prima Merche y el amigo de la familia (llamémosle Jorge), y los hermanos Belén y Miki (nombres también inventados).
Decidieron jugar a la ouija y como no tenían tablero, Lorena se ofreció a hacer las letras recortando trozos de las tapas de sus libretas y escribiendo las letras con un rotulador gordo.

Se pusieron alrededor de la mesa redonda rociando ésta con unas gotas de aceite para que el vaso se deslizara sin que apenas los dedos llegaran a tocarlo. Todo estaba previsto para poner las cosas fáciles al espíritu que viniera.
Comenzaron riéndose y bromeando. Entonces Nieves se puso seria y dijo que ya estaba bien.
- Concentrémonos de verdad.
Todos le hicieron caso. Ya nadie se rió con aquello de "espíritu, si estás ahí, danos una muestra".

A los pocos minutos Miki comenzó a golpear rítmicamente el vaso con su dedo. Estaba totalmente absorto con su mirada fija -aunque parecía perdida- sobre el vaso, y golpeteaba una y otra vez. Levantaba el dedo, lo dejaba caer sobre el vaso, y así repetidas veces.
Lorena tenía a Miki al lado y le pasó la mano por los ojos. Miki respondió bajando los párpados para no abrirlos durante un buen rato. Pero lo que ocurrió fue más que espeluznante.
En el mismo momento en que cerró los ojos, su dedó tocó por última vez el vaso, y acto seguido se desmayó sobre la mesa.
Como pudieron trasladaron su pesado cuerpo al sofá y lo dejaron allí preguntándose qué le ocurría. Entonces se dieron cuenta de dos detalles: Por un lado, de sus ojos cerrados se deslizaban lágrimas, y por otro, de su boca entreabierta se empezaba a escuchar una risa... una malvada risa femenina que parecía propia de una bruja.
Se asustaron sobremanera y Nieves le pidió ayuda a Merche:
- Tú tienes poderes Merche, haz que despierte, haz algo por favor.

Merche respiró hondo y salió al balcón para concentrarse en soledad. Era verdad, tenía ciertos poderes, no en vano decían que su propia madre era una bruja.
Mientras tanto Belén miraba nerviosa a su hermano, Jorge y Nieves se miraban y se preguntaban qué era esa risa que salía de su boca, y Lorena, desde los pies de Miki, miraba hacia el balcón rezando para que Merche pudiera sacarlo del trance.
Merche entró y se dirigió hacia Miki que seguía tendido en el sofá. Le cogió la mano, y con voz grave le dijo:
- Miki, despiértate.
Fue una orden. Y en un minuto los ojos de Miki estuvieron luchando por abrirse. Cuando al final lo hizo se sentía mareado y extraño.
Antes de contarle lo sucedido, Lorena le preguntó qué había sentido:
- Tenía frío y calor, todo se puso negro, y no recuerdo nada más.

Mientras trataban de tranquilizar a Miki, Lorena se dedicó a desmantelar la mesa. Todas las letras se iban a ir a la basura, pero algo llamó su atención. Una letra había salído perjudicada con el aceite, estaba manchada. Lorena la levantó, era la letra "L". Con estupor comprobó que el aceite había formado lo que desde nuestra infancia consideramos un fantasma, ese que hasta te puedes comer en helado o que aparecen en los dibujos infantiles. El fantasma tenía una especie de boca hacia abajo. Al darle la vuelta a la letra comprobó algo más: por detrás, la boca sonreía. Miki había llorado y había reído... aunque no lo recordara. Las letras mostraban ambos estados de ánimo.
Curiosamente Lorena no se percató de la relación entre estos dos detalles hasta que alguien, una amiga, lo relacionó y se lo dijo. Lorena cayó en la cuenta y desde entonces la historia le da más terror.

Pero hay una cosa más en esta historia: dicen que al terminar una sesión hay que romper el vaso para que el espíritu se marche de la habitación donde se ha hecho la ouija. Ellos tiraron el vaso desde un tercer piso... y no se rompió
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